El cervezoducto de Brujas será realidad en agosto
Habíamos reportado, hace más de año y medio, un descabellado proyecto para construir en la ciudad de Brujas (Bélgica) un sistema de tuberías de más de 3 kilómetros de extensión para transportar cerveza. Uno de esos proyectos cuya naturaleza generalmente es más de origen publicitario que real. Pues bien, no parece ser el caso de un estratagema de marketing, dado que diversos medios han reportado que el cervezoducto de la firma De Halve Maan entrará en funcionamiento pronto.
Más precisamente, en agosto de este año, de acuerdo con el Washington Post. El proyecto, que demandó cerca de 4,5 millones de dólares, fue financiado en parte —una pequeña parte— mediante un proyecto de crowdfunding, con el que se recaudó 335.000 dólares. El resto del dinero fue aportado por Xavier Vanneste, dueño y director general de De Halve Maan.
Pero el cervezoducto no parece ser un capricho. De Halve Maan tiene su centro de producción en el Walplein, corazón histórico de la ciudad, en una cervecería de más de cinco siglos. La primera mención de una cervecería en ese emplazamiento en los archivos de la ciudad datan de 1441. La antigua cervecería constituye un atractivo turístico en sí, con 100.000 visitantes actuales, de acuerdo con De Halve Maan.
Cuando la cervecera quiso expandirse, le resultó imposible hacerlo en su asiento original, y debió construir una embotelladora en las afueras. Ahora bien, para continuar fabricando en el centro histórico, la empresa debe transportar la cerveza mediante camiones, lo que no resulta conveniente —y evidentemente, tampoco económico, a la luz de este proyecto—.
De Halve Maan tiene razones para quedarse donde está, además de la tradición familiar. En la antigua cervecería cuenta con modernas instalaciones para producción, pero también mantiene viejos equipos en un museo cervecero propio. Según la firma, 100.000 turistas visitan el establecimiento al año, así que parece haber buenos motivos para mantener las raíces.
Es más: la propia construcción se volvió un atractivo turístico en sí mismo. «La gente le saca más fotos que a los monumentos de los alrededores», le dijo Alain de Pré, quien supervisa el despliegue del ducto, a The Wall Street Journal.
Y lo mejor de todo: la tubería de cerca de 3,2 kilómetros ya está construida, y se están realizando pruebas. Vanneste espera que entre en funcionamiento pleno en el mes de agosto. La línea puede bombear unos 4.000 litros —el equivalente a 333 cajones de 12 botellas de 1 litro— de cerveza por hora. Entre tandas de cerveza, se bombeará agua y una solución de limpieza para mantenerla en condiciones.