Cervezas para el invierno
Por María Laura Ortiz*.- En nuestro hemisferio, todos tenemos la imagen de la cerveza helada funcionando como principal bebida en una reunión durante una calurosa tarde de verano o una cena al aire libre. Si bien es cierto que se disfruta mucho beberla de esa forma, ¿qué sucedería si intentamos consumir cerveza durante un día frío y nublado, puertas adentro y acompañada de una comida rica en calorías? Nada cercano a nuestras costumbres actuales, pero perfectamente posible gracias a la amplia diversidad de esta versátil bebida.
Aunque la cerveza nace en la antigüedad como alimento, aprovechando sus propiedades nutricionales y valor energético, ésta se consolida como bebida comercial en los países del norte de Europa (principalmente en Bélgica, Alemania, Inglaterra e Irlanda). Dichos países se caracterizan por largos y crudos inviernos y cortos y no tan calurosos veranos. Por lo tanto, como es de esperar, no todas las cervezas se beben heladas.
La cerveza que posee más cuerpo y estructura es ideal para beber en invierno a temperaturas de 9 a 18º C, donde podrá expresar mejor sus aromas y, al ingresarla en la boca a mayor temperatura, favorecerá la percepción de los sabores dulces. Este dulzor es necesario para lograr el balance con los amargos, aportados por el tostado de los granos y el lúpulo. Estas cervezas normalmente son las negras como Porter o Stout, o cervezas más complejas y con más alcohol como la Barley Wine. Todas ellas, son elaboradas en su mayoría con cebada, que primero se maltea y luego se tuesta hasta obtener el sabor y estructura deseada.
Dichas cervezas logran un gran cuerpo y untuosidad junto a una complejidad aromática que abarca desde notas a café, chocolate y especias, hasta caramelo y dulce de leche. Además de ser ideales para beber “un poquito menos frías”, son excelentes para nutrir al cuerpo con sus cereales tostados y para mantener el calor del cuerpo en invierno.
En cuanto a su maridaje, las cervezas de invierno son acompañantes ideales para un carré de cerdo al horno con vegetales o un mil hojas de papas a la crema. Uno de los ingredientes con los que maridan de maravillas son los woks de pollo, carne de cerdo o vacuna con salsa de soja o teriyaki donde se resaltarán las notas que poseen en común y le darán complejidad por los aromas y sabores propios de cada uno. Como maridaje ideal surgen los quesos semi-duros o duros, que le aportará una nota de sal que la hará destacar en boca.
En realidad, la diversidad de sabores y aromas que nos brinda la cerveza permite encontrar una variedad ideal para cada plato de invierno, guisos de porotos, lentejas y chorizos, carne al horno con papas y por qué no, en un exquisito postre de chocolate o una torta de café. Sólo basta con equilibrar ambas partes de acuerdo a nuestro gusto y preferencia.
Tipos de cervezas recomendadas para el invierno
– Cervezas Porter: De intenso aroma y sabor a maltas tostadas, caramelo, nuez, chocolate y melaza, con un color marrón oscuro y un alcohol aproximado de 6°. Este estilo nació en Inglaterra pensada para los trabajadores del puerto y labores pesadas (porters).
– Cervezas Stout: De aroma y sabor a cacao, chocolate con leche, frutos secos y frutas deshidratadas. Posee un gran cuerpo y su color varía de marrón oscuro o negro. Contienen hasta 8% de alcohol y su origen proviene de las islas británicas.
– Cervezas Bock: De color rojo cobrizo con intenso aroma, sabor a malta y sutil aroma a caramelo y toffee. Su nivel de alcohol ronda entre los 6 y 7 grados y es originaria de Alemania.
– Cervezas estilo Doble Bock: De intenso aroma y sabor a malta, algunas con ligero sabor a chocolate, ciruela o pasas; este tipo de cerveza es la especialidad de Alemania, más particularmente de la región de Baviera. Tiene hasta 10% de alcohol.
– Cervezas Strong Ale: Poseen gran complejidad de aromas y sabores con perfil frutado y especiado, sin perder la intensidad de las notas de malta. Su color es rubio cobrizo de brillo medio y gran estructura. Es originaria de Bélgica.
* María Laura Ortiz es consultora retail, sommelier, cocinera y bartender. Además es actual vicepresidente de la Asociación Argentina de Sommeliers y previamente ejerció como coordinadora de la AAS en Mendoza. Se desempeña desde hace años como jurado en concursos de vinos, espirituosas y aceites de oliva. Ha aprobado el nivel Certified Sommelier en la Court of Master Sommeliers y el Diploma Certified Sommelier en la Association de la Sommellerie Internationale.