te de lupulo

Té De Lúpulo plantea al SPA como lugar social donde la cerveza es nexo

PulsoCervecero.com conversó con los creadores del primer SPA de Cerveza del país, Té De Lúpulo. El complejo se ubica en el barrio de Palermo, Buenos Aires, y cuenta con varios circuitos para realizar solos, en pareja o en grupo de amigos. Cada tratamiento se encuentra “maridado” con un tipo de cerveza especial para acompañar las experiencias que van desde los $ 1.200 a los $ 2.200.

Cómo surgió la idea?

Té de Lúpulo surge cuando supimos la existencia de SPAs de cerveza en otras partes del mundo y teníamos un espacio con artefacto clásicos de SPA y pensamos que sería buena idea hacer una versión local de un SPA de cerveza. Que en Argentina, que en Buenos Aires hubiera un spa de cerveza. Ese fue el comienzo.

A partir de ahí comenzó un trabajo bastante prolongado en el cual tuvimos que tomar algunas decisiones en función de cómo sería nuestra versión. Nosotros creemos que si hay algo que es común a todos los SPA de cerveza es el uso de la materia prima para el beneficio del cuerpo, eso es lo que fundamenta un SPA de cerveza.

A partir de ahí cada uno tiene su propio recorrido, los que están en República Checa no son iguales a los que están en España o Alemania, o Estados Unidos por nombrarte los que conocemos. El nuestro particularmente tomó un camino en el cual por un lado nos remontamos al origen de SPA, al SPA Romano a esos piletones donde las personas hacían uso de esas aguas de manera cotidiana, o sea no era una experiencia lujosa sino que era una experiencia frecuente y social. Recreativa, lúdica, incluso deportiva, iban a las piletas a jugar, a hacer negocios a hacer deportes a tener conversaciones esa idea de SPA como lugar social, se ha perdido hoy en día el SPA clásico es algo individual o de pareja, donde se prevé ningún tipo de sociabilidad.

Entonces ahí tenemos una marca bien nuestra, el SPA como lugar social y la cerveza por supuesto que ayuda a esa situación.

Tienen relación con alguna cervecería?

No tenemos relación con cervecería alguna, si por supuesto trabajamos con algunas marcas de cerveza, nuestro criterio tiene que ver con cervezas que no se consigan en un supermercado o en un almacén. Que sean de difícil acceso para el público general y trabajamos con cervezas en porrón, casi siempre son importadas aunque también trabajamos en algunos casos puntuales con cervezas nacionales.

En un comienzo, cuando se estaba armando el proyecto, tuvimos reuniones con algunas cervecerías artesanales nuestra idea previa era esa pero al final no acordamos con ninguna. Entonces miramos a las industriales y no nos parecía mal el plan de avanzar igual con cerveza industrial, igual seguimos trabajando también con artesanales en porrón.

Qué impresiones te deja el lugar donde se instalaron?

El lugar es un lugar interesante porque tiene ese toque urbano -de ciudad- pero también tiene esa cosa medio como oscura y como alejada. Como un mundo aparte, de hecho muchas de las personas que lo visitaron luego de hacer la experiencia sienten esa situación de irrealidad o de haber perdido la lógica del tiempo, ocurre algo de eso, creemos que el lugar fomenta algo de eso.

Qué servicios ofrecen?

Nuestros servicios tienen que ver con experiencias a los cuales llamamos circuitos que se pueden hacer individual, en pareja, en grupos. Es una experiencia donde van transitando por diferentes estaciones que vinculan al cuerpo y la cerveza. Esas experiencias son guiadas con una anfitriona que entra y sale, es decir no está permanentemente con las personas, pero si es la guia, la que los recibe, la que los introduce en el circuito y que va yendo y viniendo para que puedan tener momentos tranquilos y momentos de explicación.

Tenemos cinco circuitos funcionando, el Circuito Romano que es nuestro circuito clásico después tenemos el Andino, el Manhattan Be Cool, el Cien Baños de Soledad y el Made in China. Duran entre una hora y media y dos horas.

Para el circuito Andino usamos las Cusqueña, para el Circuito Manhattan usamos la Asahi, para el Made in China usamos Tsingtao, la cerveza es una de las partes del asunto que se complementa con kéfir, con hidromiel, con te de malta, té de lúpulo, con limonada lupulada, con distintas bebidas. Cada cierre de circuito tiene un masaje de pies y eso se brinda con una cerveza con mayor graduación alcohólica una Hertog por ejemplo con 8,5% de alcohol o alguna Trippel también puede ser. Van variando y existe una secuencia para cada circuito.

Nosotros no aplicamos eso de sumergirse en cerveza, lo que se hace en realidad es algo que emula a un macerador de maltas, donde funciona el agua con malta en bolsitas que van expidiendo el aroma y el color, el agua va tiñéndose del color de la malta que se use, ya sea malta caramelo, malta café o malta chocolate, así que te bañas finalmente en el jugo de la malta pero no es que te bañas en cerveza en sí.

Qué novedades están preparando?

Estamos terminando de delinear el circuito chino, nosotros entendemos que la cultura china tiene esa dualidad entre lo milenario y lo mercantilista. La china antigua y la occidental, donde entra en juego la tecnología y encontramos que también hay todo una variable de pomadas, cremas, parches, toda una temática china vinculada a la salud que por fuera del barrio chino no tenes mucha salida, o cuesta ponerle en contexto. Y estamos jugando con eso, el circuito Made in China será lo que se viene. Es un circuito donde predomina el masaje, tanto manual como electrónico.

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